La palabra leida - Sobresalto




Sobresalto

Este libro se compone de 20 cuentos con una temática que ronda lo sobrenatural. Están ambientados en distintas épocas y lugares. La autora nos hace viajer en el tiempo desde 1812, pasando por la actualidad , hasta aterrizar en 2055.

Inocencia

 

Roque tenía quince años y una enfermedad mental que lo hacía infantil. Su físico era impresionante. Los chicos se reían de él y le decían “King Kong”. Sin embargo, el los amaba y jugaba con ellos sin importarle que lo cargaran.

Rocky, como lo llamaba su padre, que lo amaba, había sufrido además el abandono de su madre. Su padre, Antonio, volvió a casarse cuando él tenía cinco años. Berta, su nueva mujer le dio otros hijos. El menor, Panchito, sólo tenía tres años. A veces Berta le tenía miedo a Rocky, pese a que él le hacía caso y la quería desde que había llegado a su hogar. La razón de su temor era que el muchacho con su actitud de niño gigante, cuando se enojaba, no sabía lo que hacía. Un mal día con su fuerza impresionante llegó a arrancar completamente la puerta del dormitorio, porque sus hermanitos no lo dejaban entrar. Ella solía decirle a su esposo:

-Vamos a tener que internarlo. Si sigue así, puede hacer daño a alguien sin quererlo.

-No, vieja – contestaba Antonio – Vos retalo. Es un niño grande, pero te hace caso como si fueras su mamá. Es que no sabe controlar su fuerza.

-Por eso, viejo. ¿Y si agarra mal al chiquito y le hace daño?

Antonio movía la cabeza pensativo.

-Pobre hijo – pensaba.

Un lunes, después de que Antonio salió para el trabajo, quedaron en la casa Berta, Rocky y el chiquito, ya que los otros se habían ido a la escuela. La mujer pensó que estaban en el patio y los fue a buscar allí para mandar a Rocky a comprar el pan. No estaban. Los buscó adentro de la casa y tampoco. Salió a la vereda y nada. Le preguntó a los vecinos y uno le dijo:

-Los dos salieron cantando y con cañas para pescar.

¡Dios! Su chiquito de tres años con aquel hombretón bruto y enfermo cerca del agua. Corrió a buscarlos.

-Recién salieron – pensó – Tal vez los alcance.

Al llegar al lago respiró. Ahí estaban los dos, sentados en la rambla, cantando y riendo. Cometió el error de enojarse mucho y gritarles, antes de tomar al niño. Rocky, con su natural torpeza, dio un vuelco brusco y, sin querer, empujó al pequeño que, asustado por los retos, intentaba pararse. Cayó al agua.

-¡Hijo! – gritó Berta. Sólo fue un segundo, pero pareció un siglo... Rocky, sin dudarlo, tiró su increíble anatomía al agua. Pasó un minuto, interminable para la madre. de pronto emergió, sosteniendo en esas poderosas manos al pequeño que fue depositado en la rambla.

-¡Hijo! ¿estás bien?

Aunque tosía, el niño estaba bien. La madre lo cubrió con un saquito, luego miró al agua. Rocky no salía. Tuvo un espantoso sobresalto. Si Rocky estaba muerto... ¡Dios!...

Finalmente pudo ver como el muchacho se tomaba de la rambla y salía.

-¡Mamá, mamá! Abrázame a mi también.¡Yo lo salvé!

Berta lo abrazó llorando, ... pero sólo podía pensar que los dos podían estar muertos, aun cuando ella no lo hubiera asustado.

Actualmente Rocky tiene treinta años, su hermanito, el más pequeño, y Antonio, su padre, lo visitan siempre en el psiquiátrico donde está desde hace quince años, de donde nunca saldrá. Sólo es una sombra que pide caramelos, algún cuadernito y cuando lo van a visitar, le pregunta a su hermanito que lo adora:

-Panchito, ¿mamá cuando va a venir a visitarme?

              uno de los cuentos de este libro, esperamos que les guste.
                                        oro gris

                                      

 

 

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